24 de junio de 2014

Mi parto y el fantasma del VIH [Parte Uno]

El momento más esperado para una embarazada, es el día en que conocerá por primera vez a su hijo/a.

Para mi, fue doblemente emocionante, angustiante y lleno de ansiedad, por un lado ansiaba ver a mi hija, ya quería tenerla en brazos, y entregarle todo mi amor. Pero por otro lado tenia un gran miedo, no dejaba de pensar si esa criaturita estaría condenada a llevar un virus que tarde o temprano la mataría.

Ese ultimo pensamiento me atormentaba, no quería que ella sufriera este castigo, no era su culpa, era una criaturita inocente, que recién abriría sus ojos a este mundo, a veces cruel, pero a la vez maravilloso. Ya las noches se me hacían desesperantes, aunque mil veces había hablado con la doctora del proceso pre, durante y post parto, aun tenía mis miedos y dudas de la efectividad del tratamiento.

Una semana antes de que naciera mi hija sentía que mi cuerpo ya me estaba avisando de su pronta llegada a este mundo, estaba agotadísima, pies hinchados y mi cadera ya no daba más; para poder distraerme un poco me dedique a coser a mano unas cortinas y una colcha para recibir a mi pequeña, todas las noches, antes de dormir, tomaba hilo y aguja y me ponía a coser, me desvelaba haciendo eso, pero combatía la ansiedad de buena forma. Estuve así la semana entera y el día que debía ir al control semanal del hospital tuve un presentimiento, quería a toda costa terminar de coser las cortinas y la colcha, me quedaba tan poco para poder terminarlo y no quería ir al hospital sin antes tenerle su cuarto adornado con las cortinas y su cuna cubierta con la colcha, estuve el día antes cosiendo, llego la noche y seguía cosiendo, amaneció y con el amanecer termine de darle las últimas puntadas a la colcha, me bañé, me vestí bien bonita, entre al cuarto de mi hija, puse las cortinas y la colcha en su lugar. Entonces recién pude irme tranquila al hospital...

Llegue al control, me hicieron el monitoreo fetal de rutina y me hicieron pasar al ginecólogo, iba acompañada de mi madre. Al momento de leer el monitoreo fetal, nos dice que deben internarme de urgencia, ya que estaba la mitad de trabajo de parto avanzado.... Quedamos en shock, como era posible si yo no sentía nada!!! Pero así es la vida, tan curiosa y a veces tan difícil de comprender. Con el nerviosismo del momento no encontraba mi identificación, mi celular, mi carnet de embarazo (todo eso lo tenia entre mis manos) Y que decir de mi madre, estaba tan en shock como yo, viendo que tenia las cosas en la manos, revisaba mi bolso, pero a la vez no veía nada, alcance a llamar a mi marido que estaba trabajando. Tuvimos que pedirle ayuda a una de las enfermeras, tanto para calmarnos, como para hacer mi ingreso a maternidad. Ya era el momento!!

Me senté en una silla de ruedas y me llevaron al pabellón de maternidad, debían programar mi cesárea de urgencia, ya que para sorpresa mía, mi hija no venía bien encajonada y sus latidos disminuían con cada contracción, que ademas, no sentía. Me tuvieron que dejar en la sala de pre-parto, ya que habían dos partos antes que presentaban mayor urgencia que la mía. En ese momento quedamos solas, mi hija que estaba a punto de nacer y yo, me pusieron una intravenosa con el tratamiento antirretroviral pre-parto, además de dos pastillas para el momento de la cesárea.

Acostada en la camilla, mientras escuchaba los latidos de mi pequeña le dije: "Hija, se que hemos pasado por semanas difíciles, el tratamiento que he tomado espero que haya servido para protegerte, hija, este momento en que estamos las dos más unidas que nunca, jamás lo repetiremos, te amo y espero que salgamos bien de esta, deseo verte crecer sana y feliz, quiero que recorramos el país juntas, ojalá salir a recorrer otros países, quiero enseñarte lo hermoso de la vida, lo que es ser feliz junto a los que amas, la belleza de las cosas simples, la dicha de lograr tus metas y nunca desfallecer ante la adversidad, como yo lo he hecho hasta ahora"

Fueron cuatro horas en la que estuve en la sala de pre-parto con mi hija a punto de nacer, hablándole como si ya hubiera nacido, fueron a pesar de los medicamentos y las agujas, las cuatro horas más emotivas de mi vida. Llegó mi marido, ya vestido para acompañarme a pabellón, tan nervioso como yo. Lo bueno es que a pesar de mi condición de seropositiva me trataron con mucho amor y respeto tanto las matronas, como las enfermeras y el doctor que atendió mi parto, hicieron de ese momento, un momento muy agradable y en donde me sentía protegida y no discriminada. Me pusieron la anestesia, me recostaron en la camilla y mirando en todo momento a mi marido mientras me sostenía mi mano sentía como abrían mi cuerpo para sacar a mi preciada hija, por la anestesia no sentía dolor, solo escuchaba la música ambiente del lugar, recuerdo que estaban tocando una instrumental de los Beatles, en ese momento fue cuando me avisaron que iba a nacer mi hija. "sentirás una presión en las costillas", dijo el doctor, acto seguido, sentí esa fuerte presión en mis costillas y se congeló el tiempo...

Un suave y encantador lamento escuche en ese momento, fue lo más dulce y emocionante que escuché, el llanto de mi hija, rápidamente le cortaron el cordón umbilical y me la acercaron a mí... Una pequeñita bebita, hermosa, con sus ojitos cerrados y llorando suavemente, ante mis ojos era lo mas perfecto que jamas había visto en mi vida, solo le dije eres un milagro y te amo, te amo mucho hija, te amo!!! Se la llevaron para pesarla, medirla y ponerle su mudita.

Y mientras me cerraban la cesárea pensaba en lo hermoso que es la vida...




4 comentarios:

  1. Mamapositiva no me llego tu mensaje..me gustaria hablar mas contigo es una hermosa historia!

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  2. mamapositiva te escribi en tu facebook.

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    1. Hola! Puede ser que el mensaje haya llegado a tu carpeta de "otros" en facebook, revisare de todas formas para poder responderte, muchos cariños!!!

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  3. Soy portadora hace 14 años, tengo carga viral indetectable . Hace 1 año decidí tener mi primer bebe. Hoy ya tiene 4 meses y hace 1mes y medio me dieron la noticia que es completamente sano. No tiene virus en sangre. Mi esposo aún continúa siendo negativo. Todo es un milagro

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