5 de octubre de 2014

De vacunas y jeringas

Hola! Tiempo ha pasado, de verdad tener una muy activa y llena de energía mini personita es agotador jejje.

Ni tiempo me deja para ir al baño y menos para escribir en mi querido blog

Hoy quiero mencionar la experiencia de los exámenes de sangre obligatorios en los bebés cuando tienen madres VIH positivas.

Primer consejo, NO TE ASUSTES! Si haz cumplido con el tratamiento antirretroviral durante el embarazo y parto, además del tratamiento preventivo de las 6 primeras semanas de vida de tu bebé, el riesgo de que adquiera el virus es casi 0.

Segundo, si para algunos de nosotros que ya somos adultos, nos asustan o duelen mucho los exámenes de sangre (yo soy una de esas personas) deben imaginar que para un bebé no es nada agradable, como segundo consejo es importante que estes presente al momento de que le extraigan la sangre a tu bebé.

 Me di cuenta que las dos primeras muestras de sangre que le hicieron a mi hija, yo no quise entrar con ella, fue mi esposo y a la segunda fue mi madre, la bebé no se dejaba sacar sangre, no le encontraban la vena, lloraba mucho, en fin, fueron sus dos primeras experiencias muy feas.

 Para su penúltimo examen (aun le hace falta el de los 18 meses) entre con ella, me arme de valentía y coraje para hacerlo, entramos a la toma de muestra, descubrí los brazos de mi hija, la acosté en la camilla, le afirme ambas manitos, la mire fijamente a sus ojos y le dije "eres una bebita muy valiente, fuerte como un roble, te amo y esto es por tu bien" Las enfermeras se alegraron de ver que estando tan concentrada en mi, al ponerle la jeringa y sacar la sangre no se movió, ni lloro y no le quedo ninguna marca en su brazo, me dijeron que era primera vez que veían a una mamá tan tranquila y que esa misma tranquilidad se reflejo en la bebé.

Lo mismo aplique para sus vacunas, en el vacunatorio también me di cuenta que las mismas mamás entran incluso más asustadas y nerviosas que los bebés porque "van a hacer un escándalo por el dolor", a mi hija más que el dolor, lo que la hace llorar es que la inmovilicen las enfermeras, eso la asusta y la pone tensa, después de ponerle la vacuna, la tomaba en brazos, la acercaba a mi y le decía con la mayor tranquilidad "ya paso hija, el dolor pasara, nanai" dejaba de lloriquear, la ponía en el coche y nos íbamos tranquilas a casa. Le daba los cuidados básicos después de la vacuna y ya al otro día estaba sentándose o gateando como si nada hubiera pasado.

Así que no se aflijan cuando se acerquen la fecha de las vacunas o de los exámenes de VIH, denle seguridad a sus bebés, ellos lo sentirán y no les será tan traumante o agresiva la experiencia.

Por mi parte, yo siempre seré una cobarde de los exámenes, ya me tocan los exámenes de sangre generales y el control de mi carga viral y como siempre me pondré nerviosa, porque mis venitas se esconden y las "vampiras" (así las llamo) nunca encuentran mis venas y me hacen sufrir antes de ponerme la mariposa :'(

Pero es un mal que debo hacer para mantenerme fuerte por mi hija.

Que tengan una excelente semana, los quiero!


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